Como vimos en clase, las hormonas son moléculas secretadas a la sangre que regulan multitud de procesos corporales. Son de destacar las hormonas sexuales, fundamentales en el desarrollo de las características qu

e diferencian la hembra del macho en los animales. Así, un animal macho desarrolla sus caracteres masculinos porque en sus genes está codificada la mayor presencia de hormona masculina durante su desarrollo, mientras que un animal hembra ocurre lo propio con los caracteres femeninos. ¿Qué ocurriría si un embrión genéticamente masculino, por cualquier causa, se desarrolla bajo la presencia de hormonas femeninas? Pues que se produce una femenización de sus caracteres. ¿Y si ocurre al contrario? Pues lo que ocurre con la hiena moteada: el embrión puede ser genéticamente femenino, pero las madres no poseen aromatasa, una enzima que degrada la testosterona producida de forma natural en la placenta. Así que la madre no produce aromatasa, ésta no destruye la testosterona, y por tanto una cría de hiena moteada genéticamente hembra, se desarrolla bajo la influencia de altos niveles de testosterona. El resultado: las hienas moteadas hembras tienen unos genitales externos femeninos asombrosamente parecidos a los de un macho (aunque internamente son muy distintos, pues pueden tener crías). La testosterona es una hormona que provoca agresividad, y como no podría ser menos, las hienas hembras son sorprendentemente agresivas, mucho más que lo mach

os, dominando los clanes y siendo las primeras en comer.
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