
En los pulmones tiene lugar el intercambio gaseoso. Lo normal es que el aire que entre sea más o menos normal: mucho nitrógeno, bastante oxígeno, y una pequeña porción de otros gases. Sin embargo, podemos tener el mal hábito de introducir otro tipo de gases como amoniaco, monóxido de carbono, alquitrán, y una larga lista de sustancias tóxicas. Al nivel de los pulmones, en esto consiste fumar, y evidentemente, las células de los alveólos pulmonares sufren. Dicho sufrimiento se traduce, entre otras cosas, en una alta posibilidad de contraer cáncer de pulmón. En esta imagen podemos ver una imagen de un pulmón normal y de un pulmón de un fumador.
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